31 mayo 2014

Los Incas en Piura

Sobre la conquista de la Costa Norte, los cronistas no han podido afirmar con exactitud quien fue el que la inició, pero se generaliza que fue Pachacútec, el Inca que ordenó la conquista de los territorios del Chimú Cápac y de Cajamarca, extendiéndose la conquista hasta los territorios de Loja, Quito y del Oro. En esta misión encargo al General Cápac Yupanqui (su hermano) y al Príncipe Túpac Yupanqui (su hijo).

Pero fueron los cuatro últimos gobernantes del Tawantinsuyo tuvieron influencia directa en la historia de Piura: Túpac Yupanqui, Huayna Cápac, Huáscar y Atahualpa. Desde 1470 hasta 1533, se impone la cultura pan-andina incaica en la costa norte del antiguo Perú.

Después de conquistar el Chimú Cápac y Cajamarca, el ejército inca dirigido por Túpac Yupanqui (príncipe heredero, hijo de Pachacútec) siguió su marcha por la sierra de Piura, encontró a los Huancapampas y a los Guayacundos, unidos en confederación quienes ofrecieron una fuerte resistencia, pero al final terminaron sometidos al imperio inca. Después de haber conquistado Quito siguen su viaje por tierra y llegan a Tumbes, arribando luego en territorio tallán, específicamente en Poechos donde acamparon antes de dirigirse al sur.
Las etnias tallanes de los valles de La Chira y del Piura fueron sometidos en 1480, cuando Túpac Inca Yupanqui logró la anexión y la paz transitoria de los Tallanes, aunque en desacuerdo, no tuvieron mayor opción que aceptar sus imposiciones. A pesar de ello realizaban constantes movimientos de insurrección al gobierno inca, Túpac Yupanqui no pudo controlarlos a pesar de tener siempre un ejército de guarnición acantonada en la serranía.

En 1510, Huayna Cápac realizó la conquista total de los tallanes tras derrotar una cruel batalla, pero a pesar de estar sometido por un  período de 20 años, los tallanes siempre se rebelaban contra el inca, realizando continuos levantamientos.

La influencia inca en Piura fue gracias a la presencia de los Mitimaes fieles al Inca, quienes fueron trasladados como funcionarios a las zonas de Sóndor. Existieron mitimaes de Huaraz que se asentaron en Colán y posiblemente fueron mitimaes Cañaris los que se asentaron en Simbilá, también llegaron mitimaes de Chancay para repoblar Huarmaca (Huancabamba) y mitimaes de la región de Zamor (Ecuador) se asentaron en Cumbicus (Frías). Todos ellos ayudaron a la difusión y asimilación de la cultura y lengua de los Incas.
De la influencia inca a Piura, se puede  distinguir lo siguiente: la adoración al Inti y se practica el culto a los muertos y a las lagunas. El Capac Ñan, donde los incas construyeron antiguos caminos locales en la serranía piurana, ampliándolos y conectándolos a su red vial que iba de Cuzco a Quito. En arquitectura han quedado vestigios importantes mezclados con elementos culturales en diversos lugares como: la fortificación militar en Poechos (Sullana), edificaciones en Sancor y Ñañañique (Morropón), centros administrativos, tambos y otros en Huancabamba Frías y Ayabaca. Destaca el Centro Administrativo Ceremonial “Aypate”. En agricultura, introdujeron la Llacta. El Runa Simi o Quechua que se impuso como lengua oficial y que los antiguos piuranos lo habrían  hablado sin dejar de comunicarse en sus dialectos nativos (Colán, Catacaos y Sechura) y en las lenguas Yungas (Muchick “Pescadora”, Quing Nam, etc).

En tierras tallanes y con el fin de sacar el mejor provecho de las tierras agrícolas, los incas construyeron un canal en la margen derecha del río Chira, desde la altura de Poechos hasta Amotape.

En cuanto a la integración de los pueblos a través de caminos, la zona de Piura y en especial Sullana, pertenecían a la ruta del Chinchaysuyo, uno de sus ramales atravesaba el desierto de Sechura y continuaba hasta Tangarará, y otro ramal pasaba cerca a la cordillera piurana pasando por el Ala, Pabur, Monte de los Padres y Tambogrande y llegaba hasta Tangarará donde se unía con el otro ramal. De Tangarará, continuaba hacia Poechos y la Solana hasta Tumbes. Destacan aquí los Tambos o posadas, con chasquis y alimentos, los cuales se ubicaron en Tumbes, la Solana, Poechos, Tambogrande, Malingas, Zapatero, Piura la Vieja, Pabur, el Ala y Quiroz.

Como el valle del Chira era un punto económicamente estratégico, se construyó la Fortaleza de Pelingará, en el camino inca que se dirigía hacia Loja (Ecuador); con el fin de prevenir cualquier avance de los tallanes rebeldes, Esta fortaleza era de piedra y se conservó hasta el siglo XVIII.

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